Por el
Prof. Gustavo R. Cichero
A lo largo de las dos publicaciones pasadas, se resaltó la figura del
Dr. Antonio Medina, destacado por su espíritu emprendedor y desinteresado.
Medina, al explicar las causas que lo llevaron a su acción popular,
rescata antes que nada la importancia de educar a la juventud, porque son los
que asumirán las responsabilidades dejadas por ellos cuando ya no estén.
Además, el compromiso es percibido como una obligación, como un servicio a la
patria.
La elite cultural, consideraba que ese deber con las instituciones de
bien público, debía continuar en ausencia de ellos, siendo asumida la dirección
por la juventud que los rodeaba.
La descripción hecha sobre Medina, no es un hecho aislado en el
territorio nacional. Innumerables hombre se pusieron al frente de la cultura y
la educación popular.
En Gualeguay, contemporáneos a Medina, trabajaron mancomunadamente en
los proyectos que tenían origen en él o en instituciones populares.
La vida de Medina, ha llegado a nuestros días porque su producción
literaria nos permite conocerlo, como así también su actividad laboral a nivel
provincial, como vocal del Superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos.
Cuando se ausentó definitivamente de Gualeguay, otras personas se
preocuparon por el futuro del pueblo y continuaron trabajando por el progreso
educativo y cultural.
Dentro de este grupo de personas, inquietas por el progreso intelectual
de la ciudad, se encontraban, Don Miguel Barroetaveña, quien además de estar
vinculado a los emprendimientos culturales de la ciudad, desempeñó variados
cargos en la administración Nacional, Provincial y local, falleciendo en 1910
mientras ocupaba el cargo de Intendente. Fue además presidente del Concejo
deliberante, del Concejo Escolar, Administrador de la Aduana, miembro de la comisión directiva de la Sociedad Rural y de
la Sociedad Fomento
Educacional.
Otro ilustre hombre de la ciudad fue Olegario Maldonado, baluarte
fundamental en la política educativa llevada adelante por Ernesto A. Bavio. Su
título de maestro normal le permitió desempeñarse como docente en prestigiosos
colegios de la provincia y ocupar cargos directivos en la capital provincial.
Al cumplir su segundo año de mandato al frente de la Sociedad Fomento
Educacional, Medina fue reemplazado por Maldonado, continuando con los éxitos
alcanzados por el fundador.
Otros miembros de este grupo, también merecen ser reconocidos por su
aporte a la cultura y la educación de Gualeguay, como Mateo Sola, Pedro
Caracoche, Alberto de Caudemberg, Luis Coudannes, Domingo Schaffino, Bartolomé
García, Agustín Ántola y Bernachea, Carlos Rovira, Eliseo Oriz y Ricardo Paggi,
entre tantos.
Fuentes consultadas
1)AGUIRREZABALA, Joaquín.
“Homenaje al Dr. Medina”. Diario Justicia.
Gualeguay. 18 de febrero de 1925. Pág 2
2)BARROETAVEÑA, Francisco, “Dr. Antonio
Medina”. Diario Justicia. Gualeguay.
8 de octubre de 1924. Pág 4.
3)GIANELLO, Juan María. Hombres de Entre Ríos (Ensayos Biográficos 2da. Parte).
Paraná. Entre Ríos. Edit. Nueva
Impresora. 1971. Pág. 68
4)MEDINA, Antonio. La vida de un magistrado argentino. Su actual situación. Expresión de
agravios presentada al Superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos, por el
Vocal Jubilado del mismo en los autos sobre su jubilación. Paraná.
Establecimiento Tipográfico “El Paraná”. 1913. PP. 80-82
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