Alberto Lescá cuenta como llega a la abogacía desde su infancia y su familia. Pertenece a la época cuando los hijos optaban por carreras que halagaran a sus padres, cumplieran sus deseos no logrados o complementaran la actividad con la que se ganaban la vida. Con alegría y sin reproches, va hilvanando los recuerdos y circunstancias que rodearon sus estudios.
La vida de todos los días ocupa un lugar periférico en los textos de historia. A veces, muy pocas, aparece como un dato menor en los apéndices de los libros o como un capítulo pintoresco de épocas pasadas. Este blog trata eso: la vida carente de luz para los grandes medios y fuera del interés de la historia que se enseña y se divulga, a pesar que sus protagonistas constituyan la llamada mayoría silenciosa. Aquí, simplemente, fulguran sus rostros, sus palabras, sus silencios… sus señales de vida.
De interés
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