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miércoles, 18 de mayo de 2011

Quirino Cristiani. Segmentos de su vida


Precursor del cine argentino y mundial con respecto a la realización de dibujos animados de largometraje.

Nació en Santa Giuletta, Provincia de Pavía, Italia, en 1896.
Llegó con sus padres a la Argentina en el año 1900. Cursó en Buenos Aires sus estudios primarios y secundarios.
En 1916 realizó su primer corto de dibujos animados, titulado “Intervención a la Provincia de Buenos Aires”.
Trabajó para don Federico Valle en el semanario cinematográfico “Film Revista Valle”.

En 1917 dibujó y realizó el primer film animado  de largometraje titulado “El Apóstol”, sobre el Presidente Argentino de ese momento, Hipólito Yrigoyen, con libreto de Alfonso de Laferrere.
Reproduciendo su técnica en 1983
  
Trabajando en la mesa de su invención
En 1918 patenta una mesa de animación de su invención y realizó el corto animado “Sin dejar rastros”, sobre un acontecimiento de la primera guerra mundial.




Figura en fases de movimiento



Entre los años 1924 y 1940, realizó films científicos, publicitarios, humorísticos, destacándose “Peludópolis, (1931) otro largometraje; “Carbonada” (1933); “El Mono relojero”, sobre el cuento y por encargo de Constancio C. Vigil (1938) y “Entre Pitos y Flautas” (1939).


Posteriormente deja la animación e instala un laboratorio: “Laboratorios Cristiani” que por alrededor de veinte años se dedicó al subtitulado y al copiado de películas extranjeras para los estrenos en las salas comerciales. También se ocupó de los afiches promocionales de esas películas.

En 1962 un incendio destruye los laboratorios en su totalidad, acontecimiento que lo aleja de la actividad cinematográfica.

Su carácter de precursor mundial de los dibujos animados de largometraje ha sido establecido por el investigador y crítico italiano Gianalberto Bendazzi y reconocido por el Gobierno de Italia quién condecoró a Cristiani en 1981 como “Precursor italiano del dibujo animado mundial”, por ser Italia el país de nacimiento de Cristiani, no obstante haber residido en la Argentina desde los cuatro años de edad, haberse educado y realizado su obra y su vida en Buenos Aires y haber conocido Italia recién en 1981, cuando viaja a recibir la condecoración.
La “Historia del Cine Mundial” de la Editorial Salvat, también reconoce a Cristiani como el verdadero precursor y así lo consigna en el tomo correspondiente al dibujo animado.


Contratipo de proyección
Cuando Cristiani inventa su sistema, en Buenos Aires no se conocían los dibujos animados y en el mundo sólo lo anteceden dentro de la cinematografía, las experiencias de Emile Cohl en Francia y Windsor Mc Kay en Estados Unidos, concretadas en 1908 y 1912 respectivamente, pero en películas de muy corta duración, no más de dos minutos y mediante un sistema de dibujos sobre papel de carácter muy primitivo, sin progresión narrativa, es decir sin historias desarrolladas a la manera de un cuento, quedándose solamente en una situación graciosa. “El Apóstol” (1917) en cambio, duraba un poco más de una hora y sus monos o dibujos representaban figuras conocidas de la época, realizaban complejos movimientos y contaban una historia relacionada con el Presidente Yrigoyen y los sucesos políticos del momento.

Figura articulada con hilos
Cabe agregar que la técnica empleada e inventada por Cristiani, era un sistema bastante simple pero de mucho trabajo en lo que podría llamarse la preproducción o preparación de los dibujos que eran en realidad figuras recortadas y articuladas mediante hilos algunas de ellas y otras fijas pero con distintas fases de un movimiento, pero que requería en la filmación precisión, memoria e inventiva para lograr las situaciones a narrar.

En 1982, el gobierno argentino le concedió una pensión graciable vitalicia, en reconocimiento a su labor y como consecuencia del reconocimiento italiano que se había producido un año antes.
 
León Herman, Atilio Cristiani, Quirino y Jorge Surraco
No obstante estos dos reconocimientos gubernamentales, en 1982 Cristiani era absolutamente descocido e ignorado en la Argentina aún en el medio cinematográfico, donde se lo daba por fallecido desde varios antes. Una circunstancia fortuita, generada desde el exterior, impulsó a León Herman y Jorge Surraco a tratar de ubicarlo, conocerlo y producir los pocos testimonios audiovisuales directos que quedan de su existencia y su técnica. A partir de esto, en 1983, la Escuela Panamericana de Arte, El Museo del Cine de la Ciudad de Buenos Aires y la Cinemateca Argentina, organizaron una exposición homenaje y proyecciones, oportunidad en la que se le entregó una plaqueta recordatoria.

Víctor Iturralde, Herman, Quirino y Caloi
Tales documentos audiovisuales son muy vistos hoy por medio de Internet, pudiendo las nuevas generaciones conocerlo y admirarlo a pesar del tiempo pasado desde su fallecimiento, ocurrido en 1984.
Estos documentales pueden verse, uno en este mismo blog, varios por medio de los enlaces al pie de esta nota y otros, no han sido publicados todavía.
Dos productoras extranjeras, una de Gran Bretaña y la otra de EE.UU., se han ocupado de Cristiani, la primera con un largometraje aún no estrenado en Argentina y la otra, el Discovery Channel, que le dedicara un segmento de su programación en la década de 1990.


En otro orden de cosas, la biografía escrita por Bendazzi en italiano, ha sido traducida y publicada en castellano y la Asociación Argentina de Cine Animado, le dedicó una de las ediciones de su festival anual, al cumplirse los 90 años del estreno de “El Apóstol”. Además una edición de estampillas del correo oficial lo incluyó en su serie de inventores argentinos y varias páginas Web se hacen eco de la existencia de este creador singular que sorprende además por el momento y el lugar donde concretó su obra.


La Técnica de Cristiani Primera parte

La Técnica de Cristiani Segunda parte

El Mono Relojero-parte 1

El Mono Relojero-parte 2

Programa del Discovery Channel


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