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lunes, 13 de abril de 2015

La razón de ser peronista






Según la vida, la acción, los discursos y una anécdota de Eva Perón.

Por Jorge Surraco Ba





 
  1950, declarado “Año del Libertador General San Martín”, por cumplirse un siglo de su fallecimiento, fue para Eva Perón un año bisagra en su vida y en su acción política. Fue el año de mayores reconocimientos, honores, de mayor poder, pero también el momento en que se manifiesta la enfermedad que terminará con su existencia dos años después.
  







 En el mes de enero, el 9 precisamente, sufre el primer desmayo en la inauguración de la sede central del Sindicato de Taxis. El 12 de enero, es atendida por el Dr. Ivanissevich y operada de apendicitis, pero allí se descubre el problema real de su enfermedad.

No obstante, el 27 del mismo mes está de nuevo al frente de la Fundación y es aquí donde a mediados de febrero, sufre un nuevo desmayo lo que la obliga a suspender la actividad.
En el mes de marzo se realizan elecciones para gobernador en las provincias de Entre Ríos, Buenos Aires, Tucumán y San Luis, donde el peronismo sale victorioso en los cuatro comicios. Hacemos este comentario, porque Eva Perón, a pesar de su enfermedad, cuando logra estar en pie, concurrirá en el mes de mayo acompañando al General Perón, a la asunción de los mandatarios elegidos y/o reelegidos de las provincias de Buenos Aires (16 de mayo) y Entre Ríos (23 de mayo).


Pero estas no fueron las únicas actividades de Evita en ese período. Antes, en el mes de abril, estará junto a Perón en Bariloche. Y el 1° de mayo pronunciará antes los trabajadores en su día, un discurso donde se definirá a sí misma como “un puente de amor”, entre Perón y el pueblo argentino.  Lo dirá de la siguiente manera: “…Yo, que he tratado de ser un puente de amor entre el pueblo y el general Perón, te he visto a ti, mujer descamisada, envuelta en la dignidad del delantal,…” Más adelante, en el mismo discurso, insistirá en esa idea: “…trataré de ser a diario un puente de amor entre ustedes y el general Perón y trataré de estrechar filas en todos los sindicatos argentinos,…”

 
El 29 de mayo visita Rosario acompañada por dirigentes de la CGT.
El 30 parte en tren hacia San Juan y el 1° de junio está de regreso en Buenos Aires, donde no se queda mucho tiempo porque el 2 de junio partirá nuevamente en tren visitando Tucumán, Jujuy y Catamarca, con el objetivo de inaugurar Hogares Escuela en las tres provincias y la Clínica de Recuperación Infantil en Termas de Reyes, provincia de Jujuy. Demás está decir que en esta gira, fue recibida en todas partes por el cariño y el agradecimiento de la población, especialmente de los trabajadores y de los sectores de menores recursos.

El 10 de junio estará de regreso en la Capital Federal, inaugurando dos escuelas fabriles en la provincia de Buenos Aires.

Desde el 12 al 17 de junio se realiza en la ciudad de Buenos Aires la Conferencia Nacional de Gobernadores de Provincias y Territorios Nacionales, convocada por el Presidente de la Nación. El día 14, Eva Perón pronunciará un discurso que introducirá haciendo referencia a la gira antes mencionada por el noroeste del país, donde agradecerá los homenajes que recibiera en las provincias que visitó como las palabras pronunciadas por los gobernadores en la misma conferencia. También aquí volverá a su obsesión por ser un nexo de amor entre Perón y su pueblo o su convencimiento de que amar a Perón es amar a los humildes de la patria: “…voy a agradecer emocionada los recuerdos sinceros que han hecho los señores gobernadores, que hablando en representación de sus pueblos, llegaron a mi corazón, porque sus lenguajes eran de auténticos peronistas, y es el mejor premio a que puede aspirar alguien que desde el puesto más humilde del peronismo trata de interpretar y de imitar al general Perón, para quien lucha a diario para que en un mañana no muy lejano,  puedan decir de Eva Perón que trató de querer al general Perón, queriendo a su pueblo. Eso es lo que yo ambiciono”.

            Después indicará donde está la fuerza y vitalidad del peronismo que no sólo era una realidad de aquellos años, sino que ha permanecido hasta el presente:
          “…Además del aplauso fervoroso y vibrante de las fuerzas del trabajo de esas provincias, encontré cuadros dirigentes que me permitieron decirle al Sr. Presidente: el peronismo está de pie, fuerte, porque está prendido en el corazón del Norte argentino. Está fuerte porque en sus cuadros hay dirigentes que son valores auténticos, que comprenden la doctrina del general Perón en su trabajo diario de acercamiento a nuestro pueblo humilde.
Y noté, con gran emoción, que los hombres que más lo querían eran los más humildes…”
            “…iba a entregarle a ese Norte, que tal vez por ser tan humilde tanto quiero, el corazón de Perón, iba a llevarle en esa gira al norte argentino, un poco de realidad…”


A continuación contará una anécdota que ha dado título y motivo a esta nota y que resume e integra la misma entrega de Eva Perón a su tarea que consideraba complementaria a la acción de gobierno del Presidente Perón:
            “…A un coyita que me agradeció en media lengua cuando le entregué un distintivo peronista, en Jujuy, le pregunté si era peronista, y él me dijo que sí. Al coyita que era un niño de muy pocos años, le pregunté luego por qué era peronista, y él me contestó: porque ahora también los pobres somos argentinos…"  Sea cierta la anécdota o sólo una licencia discursiva de Eva perón, el sentido responde a la realidad. Ser argentino significaba y significa ser visible, ser parte de la sociedad, estar incluido. No ser espectadores en una patria de otros. Cualquier semejanza que se piense con los tiempos actuales… NO es pura coincidencia.

          Eva Perón lo aclara en el párrafo siguiente:
            “…Es que los norteños que han sufrido una oligarquía que los ha explotado y los ha tenido sumergidos en una indignidad que no se merecen, veían en ese tren en el que pasaba, no la esposa del presidente de los argentinos, no la presidenta de un partido ni de una Fundación, sino una esperanza que se entraba en el corazón de la Patria para llevar a todos un mensaje del líder de la nacionalidad, que los informaba de que no estaban solos, de que se estaba trabajando por ellos y que se continuará trabajando siempre por reivindicarlos, no sólo material, sino también espiritualmente…”

            Los seis meses siguientes del año 1950, continuarán con la misma o mayor intensidad de actividades que la primera mitad del año. Sobre el final del mismo tendrá una gran decepción con la huelga ferroviaria que trató de evitar presentándose personalmente en los talleres de Remedios de Escalada donde insta a los obreros a levantar la huelga. Los trabajadores rechazan el pedido de Evita. Muchos de ellos, eran peronistas.


          Sin entrar a juzgar las razones o justificación de esa huelga, esta produjo un enorme dolor en Evita y así lo dice en el capítulo 42 de La Razón de mi Vida, que se publica en 1951, aunque por la temporalidad dada en el texto es posible que se haya escrito y publicado con anterioridad, quizá en las notas que redactaba para el diario Democracia:
“También el papel de Evita es a veces amargo. Toda esta semana pasada, por ejemplo, me ha resultado amarga. Ha habido una huelga y ésta tuvo que ser declarada ilegal por injusta… Sé que la mayor parte del gremio, y que todo el pueblo ha repudiado el proceder de estos ingratos, indignos de vivir en esta Nueva Argentina de Perón. Sé todo esto y sin embargo toda la semana he vivido amargada. Solamente me consolé cuando decidí salir a recorrer los lugares de trabajo y conversar con los mismos obreros en huelga…
…Es que yo no concibo que pueda haber en mi país, un solo obrero que no haya comprendido ya, lo que es Perón, y todo lo que ha hecho Perón por los trabajadores argentinos.
Aunque los huelguistas sean muy pocos me duele lo mismo que si fueran todos...
¡No lo puedo entender!”

          La razón de ser peronista de Eva Perón era su amor a Juan Perón y al pueblo humilde que su marido lideraba, a favor del cual se estaba produciendo una revolución pacífica y en la cual ella estaba consumiendo su vida, trabajando y asumiendo el rol de puente de amor entre Perón y su pueblo. Esa razón de ser peronista, era como la del coyita y la de los pobres que a partir del peronismo se sentían argentinos. Era un pacto y acto de amor.

          Cualquier semejanza con los tiempos actuales… NO es pura coincidencia.


FUENTES
Eva Perón habla a los gobernadores de provincias y territorios nacionales - Secretaría de Prensa y Difusión - 1950
Eva Perón, Discurso del 1 de mayo de 1950.
Eva Perón, La Razón de mi vida, Editorial Peuser, 1951  

Crónica de la era peronista:

Visita de Eva Perón a Jujuy: